viernes, 22 de enero de 2010

2010

Este 2010 no es un año cualquiera, ya que se celebra el bicentenario del inicio de la guerra de Independencia y el centenario del inicio de la revolución en México. Como siempre, no faltan los fatalistas que asocian este año con los acontecimientos que mencioné anteriormente y que por lo mismo piensan que los ciclos se repiten y que en México debe de haber una revolución armada para cambiar las cosas. Esta idea me aprece una verdadera estupidez y pienso que los que dicen esto no tienen ni la más remota idea de lo que dicen. Para empezar es necesario considerar el costo de la revolución y lo que se logró: más de 2 millones de muertos, un país destruido y al final solo se cambió el poder de manos sin que se viera un verdadero beneficio para la gente.
En estos momentos, lo que México verdaderamente necesita es un cambio de mentalidad. Ya es hora de dejar de quejarnos del mal gobierno, las tranzas y de no hacer nada para revertir esa situación. Este es el momento para que entendamos que las cosas van a ser como son mientras lo permitamos. Esto no significa que es necesario una revolución armada, sino exigir a los gobernantes que nos escuchen, respeten y trabajen para nosotros.
Ojalá que en este 2010 podamos abrir los ojos y empezemos a volvernos más activos y exigentes con el gobierno para poder evertir la situación en que vivimos y finalmente nos podamos convertir en la potencia que podemos llegar a ser.

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